Holaa, estoy escribiendo esto el sábado en lo que es la aftermath de la bizarreada que hizo Milei en Twitter (X) ayer; todavía está todo medio nebuloso, pero, hasta donde se sabe, el Javo promocionó un Ponzi cripto en su propia cuenta (recordemos que es el presidente de un país…)
Estas, y otras varias excentricidades de la nueva derecha, me hicieron preguntarme: ¿Qué hacés, Javo?, lo cual, disparó la idea de la entrega de hoy… Vamos a hablar del autoengaño como estrategia evolutiva.
Punteo autoengañante
Una duda sincera
Una estrategia radical
¿Fuerzas que no podemos comprender?
Una duda sincera
Ante la locura aparente que es lo que pasó ayer, me suelo preguntar seguido en qué mundo vivo realmente:
Un mundo en donde el Javo de verdad twittea eso sin pensarlo mucho, lo cual denota que varias áreas de la política realmente caen presas de arbitrariedades y discrecionalidad absoluta o,
Es todo más elaborado y esto, por más bizarro que parezca, es parte de alguna suerte de estrategia que aún no está clara, lo cual me tranquilizaría más que la opción anterior…
Asumiendo que estamos en el panorama 1, esta situación me disparó las ganas de hablar de algo que me encontré en un libro de sociobiología que leí hace algún tiempo y que me pareció muy flashero, voy a dejar una cita de Trivers para hablar desde ahí:
“El autoengaño evoluciona para ocultar la verdad de la conciencia consciente, suprimiendo así las señales que delatarían el engaño. Si nos creemos nuestras propias mentiras, somos más eficaces al engañar a los demás.” - Robert Trivers
La idea es más o menos así: qué mejor manera de convencer al otro de que mis emociones son genuinas que convenciéndome a mí mismo de que lo son.
Esta idea viene a colación a raíz de una hipótesis bastante aceptada en la ciencia que es que desarrollamos el lenguaje para comunicarnos con el otro; y que, como consecuencia colateral de este proceso, desarrollamos nuestra consciencia y nuestra riqueza interior al volcar ese mecanismo sobre nosotros mismos.
Por eso es que, en un ecosistema donde el engaño es una estrategia muy utilizada (la naturaleza), es común pagar un coste alto para ser “creíble” (porque el imitador no va a pagar ese coste), por ejemplo, necesitas un tórax muy grande para rugir como un león…
Una carrera armamentística similar se dio con las emociones; cosas como llorar (y toda la cadena de reacciones fisiológicas que hace que se note en nuestra cara que estamos hechos mierda) son formas de elevar el coste de la imitación.
Una estrategia radical
Y con este marco es donde me pregunto: ¿El Javo es o se hace? Retomando la cuestión de las estrategias evolutivas, una de las mejores formas de ser creíble para el otro es creénoslo nosotros mismos.
Yo creo sinceramente (y cosas como el Poni cripto me hacen creerlo aún más), que en el Javo opera algún tipo de esencia weberiana donde él es el primero en creerse todo lo que dice.
Párrafo aparte para el contexto político que invistió esto como una virtud, no es el tema de hoy… Lo que quiero decir es que la hiper genuinidad de Milei es, para mí, producto de que él es el primero que la cree, de verdad creo que no hay capas neuróticas de premeditación, como sí las veo en gente como Massa, Macri o CFK.
Con Trump me pasa lo mismo. Parece que esta etapa de la política está premiando la estrategia más radical posible, está premiando actores que son los primeros en creer lo que nos piden que creamos. ¿Es un buen criterio para manejar occidente? No sé, pero, como decía en la entrega anterior de Trump, sí sabemos que el maquiavelismo de centro-izquierda tocó los límites de la hipocresía maniática (pensemos en el Capitán Beto golpeando a la mujer…).
Fuerzas que no podemos comprender
También es cierto que cada uno proyecta su propia heurística sobre la abstracción que hace del mundo. Yo soy mega neurótico y no me gusta el riesgo, por lo cual tiene sentido que mi idea preconsciente de cómo funciona el mundo imprima lo que, en última instancia, es un deseo mío: la sospecha que tengo de que no, obvio que esto está pensado y forma parte de un plan…
Así como algo tan frágil como la vida se hace paso en el cuerpo de una mujer y vive ochenta y pico de años, evidentemente la historia tiene su manera de operar a través de los cuerpos.
Tal vez esta hiper honestidad brutal, medio border, sea, increíblemente, la apuesta que pagaba fuerte (la historia no nos deja ver los contra fácticos). Podemos estar en la timeline donde hicimos la mejor jugada de póker de la historia o en la que fuimos all in y nos hicieron pija…
Una idea final…
Nada, todo este Ponzi flashero me inspiró a escribir esta entrega. Siempre me llamó la atención la pregunta de cuánto influyen las personas en la historia. Donde termina el sistema y empieza la discrecionalidad del individuo anecdótico que está ocupando el rol.
Veremos qué pasa con esta ola de líderes populistas de derecha que, al menos ante mis ojos, son exponentes de la estrategia ancestral del autoengaño, no están actuando, se lo creen posta. ¿Es una buena apuesta? Veremos… Nos vemos la prox:)
Me gustó el ángulo que elegiste para pensar esto que es tan difícil de procesar (nos agarramos al análisis que está a nuestro alcance porque la realidad supera todo...)
Coincido y me parecen acertados los perfiles de los referentes que nombrás, aunque me preocupan las pobres alternativas que tenemos. Guess we'll have to wait and see.